martes, 8 de abril de 2014

cap.21:la mujer de ensueño.

Ya todo había pasado, todo lo malo ya estaba en el olvido, Harry ya estaba sano y de vuelta en Hogwarts; James y Snape (por obligación de Dumbledore) habían prometido no volver a pelear, pero se oponían terminantemente a ser amigos, eran conocidos y punto; James ya había perdonado a Remus por su falta de honestidad; en resumen, todo había vuelto a la normalidad. 
James estaba en su despacho, sentado en su escritorio corrigiendo las pruebas de 3ºaño. Esperaba que Harry se hubiera sacado buena nota... o si no, ya hablaría con el muchacho. Sirius tenía razón, ¡había cambiado demasiado! ¿desde cuando a EL le importaban las notas?. Cuando por fin llegó al examen de Harry, sonrió al comprobar que su pequeño se había sacado un 10. 
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Estaba pensando en los viejos tiempos, con los Merodeadores, con sus padres (ya muertos), con Lily... cuando tocaron la puerta. 
-¡James! ¡soy yo Remus! ¿puedo pasar?
-si, pasa
La puerta se abrió y por ella entró un relajado y sonriente Remus Lupin, con dos tazas de café en la mano. 
-toma-dijo pasándole una de las tazas.
-gracias-respondió James-¿chocolate caliente?-preguntó con una sonrisa al sentir el olor a chocolate proveniente de la taza. 
-James, cada ver que tomas cafeína corres por todo el colegio...-respondió Remus con cara de reproche. 
-ok... contigo no se puede discutir... bueno, ¿a que vienes?-preguntó- no es que te este diciendo que te vayas... pero tengo muchos exámenes que corregir...
-te venía a decir que Dumbledore nos dio el día libre... le dije que teníamos que ir a comprar los regalos de navidad, ya que solo falta una semana...
-¡¿una semana?!-exclamo James, atragantándose con el café. Cuando logró parar de toser, continuó- ¡queda una semana y no le tengo ningún regalo a Harry! que buen padre soy...
-por eso le pedí el día libre a Dumbledore, porque tenía claro que no tenías nada para Harry-sonrió Remus. 
-¿que haría sin ti Lunático?-James se levantó, se puso su capa de viaje, unos guantes y una bufanda- ¿que estamos esperando? ¡vamos! tengo muchas cosas que comprar...
Remus, con una floritura de la varita, hizo aparecer su capa de viaje, su bufanda y sus guantes, los cuales se puso rápidamente antes de contestar:
-¿vamos a Hogameade o...
-¿a Hogsmeade?-lo interrumpió James- ¡en Hogsmeade no hay nada! y ademas, lo que le quiero comprar a Harry, no está en Hogsmeade. 
Salieron de la habitación y empezaron a caminar rápidamente por el castillo, para poder salir a los terrenos y desde los terrenos llegar a Hogsmeade, donde se podrían aparecer en el Caldero Chorreante, por donde luego ingresarían al Callejón Diagon. 
Al llegar al Callejón Diagon, Remus miró a James y dijo:
-¿que le quieres comprar a Harry?
-una saeta de fuego-respondió James como si nada.
-¿¡una saeta de fuego!? ¡James! ¿sabes cuanto cuestan esas cosas?-exclamó Remus sorprendido.
-si, pero Harry merece eso y mucho mas... digamos que es este regalo es por los 11 anteriores que no le di...-explicó James con tristeza. 
-ah... ok
Empezaron a caminar por el callejón Diagon. James, que había ido muchas veces en su vida a ese lugar, se seguía maravillando con las cosas que en el habían: los ruidos extraños, los magos vestidos de todos los tipos de túnicas existentes, las vidrieras repletas de las cosas mas extrañas y divertidas, etc. 
-¿me acompañarías a Flourish y Blotts?-preguntó Remus- quiero comprarle un libro a Dumbledore...
-si claro-respondió su amigo- pero yo que tu le regalo unos calcetines, Harry me contó que Dumbledore una vez le dijo que su mayor deseo era tener unos calcetines...
Remus rió a carcajadas de la anécdota de Harry, y después de decirle a James que tenía al hijo mas divertido del mundo, entró seguido de James a la tienda llena de libros. James tenía que admitir que, aunque esa tienda no le llamaba la atención como otras, era interesante y digna de conocer. Había todo tipo de libros en las estanterías que reinaban en las paredes del recinto, grandes, chicos, viejos, nuevos, con tapas coloridas, con tapas sin color, que se movían, que emitían sonidos extraños, y, en el caso del Monstruoso Libro De Los Monstruos, que trataba de morder a todo el que se acercaba a su jaula. James se acercó a la jaula y, como un niño pequeño, empezó a meter los dedos en ella para ver si los libros se acercaban, cuando un libro estuvo a punto de morderle un dedo, escucho una voz de mujer que le decía:
-cuidado... una vez mordieron a un niño y tuvo que ser llevado a San Mungo para que le creciera otro dedo... son muy feroces...
James se dio la vuelta sobresaltado y se encontró con la mujer mas bonita que hubiera visto jamás, unos centímetros mas baja que el, pelo castaño oscuro corto y lleno de rulos (se que en las recomendaciones me pedían que tuviera el pelo pelirrojo, pero creo que eso ya sería reemplazar a Lily), ojos del mimo color, tez oscura, vestida con una túnica de color morado y unos tenis blancos. 
-yo... yo solo... es que...bueno... quería ver si se acercaban...-titubeo James.
La mujer rió ante los desesperados titubeos de James, y estrechándole una mano, dijo:
-hola, soy Alissa Thompson, mucho gusto. 
James le estrecho la mano y dijo:
-hola, soy James Potter, igualmente. 
Alissa lo miró por un minuto y dijo:
-¿tu eres el padre de Harry Potter? ¿el que se creía que estaba muerto, pero al final estaba en coma?
-el mismo-respondió James. 
-ah... ¿y en que trabajas?-preguntó Alissa para cambiar de tema.
-¿yo? soy profesor de Encantamientos en Hogwarts-respondió James- ¿y tu?
-soy buscadora de la selección Inglesa de Quidditch.-respondió ella con una sonrisa. 
-soy un gran fanático del Quidditch, de hecho soy un excelente cazador, pero eh estado tanto tiempo fuera que es normal que no sepa quienes son los integrantes de la selección inglesa-se excusó James- nos podríamos juntar otro día... mi hijo es un excelente buscador y le encantaría conocerte.
-encantada, mandame una lechuza con el día y el lugar donde quieres que nos juntemos-respondió la chica con una sonrisa. 
-genial, si, yo te mando una carta... ¿te parece Hogsmeade?
-si, sería genial. 
-bien, entonces nos vemos luego
-claro-respondió la chica-bueno adiós...
-adiós...-respondió James con voz de idiota, viendo como Alissa salía de la tienda. 
Después de horas, por lo que le pareció a James, sintió la mano de Remus en su hombro, se dio la vuelta y vio que su amigo lo miraba con cara extrañada.
-¿quien era ella?-preguntó.
-una amiga...-respondió James. 
-¿una amiga?-preguntó Remus sonriendo.
-si, eso creo... por ahora...
Parece que tendría una oportunidad para rehacer su vida... esperaba poder aprovechara, no se quería quedar solo para siempre. 

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