martes, 8 de abril de 2014

cap.14: Harry se cae de la escoba.


James estaba caminando por el castillo, recorriendo sus corredores, recordando antiguas bromas, recordando sus años de colegio. También se dirigía al campo de Quidditch para ver el partido de Gryffindor contra Hufflepuff. Por fin vería a Harry jugar Quidditch... su pequeño siguiendo los pasos de su padre... Harry era todo un buscador, según lo que le había dicho Remus. Cuando salió del castillo y se dio cuenta del tiempo tormentoso que había, le entró pánico. El tiempo estaba realmente malo y peligroso para jugar Quidditch... ¿y si Harry se caía de la escoba? ¿y si el viento se lo llevaba y tres horas después lo encontraba muerto?. Sabía que Harry era un buen buscador y que era muy poco probable que se cayera de la escoba, pero igual tenía miedo. Empezó a caminar hacia el campo de Quidditch, mientras en su cabeza repasaba hechizos por si Harry se caía, y maleficios por si algún Hufflepuff quería empujarlo. Al llegar al campo, se sentó en las gradas de los profesores junto a Remus, que parecía igual de nervioso que él. 
-Hola amigo-le dijo al sentarse a su lado.
James no respondió.
-¿que te pasa?-preguntó Remus.
James tampoco respondió.
-estas nervioso, ¿no?-Remus sonrió tratando de ocultar el nerviosismo que el mismo sentía y le dio unas palmadas de apoyo en la espalda a James- tranquilo... Harry es realmente bueno con la escoba... créeme.
James miró a Remus con sorpresa, como si recién se hubiera dado cuenta de que estaba ahí.
-¡Remus! ¿que haces aquí? ¡ayer fue luna llena! ¡deberías estar recostado descansando! 
-¿podrías tratar de no gritarlo?-preguntó Remus en un susurro- no quiero que la mitad del colegio se entere.
-lo siento-respondió James, también en un susurro- es que... entiéndeme... estoy nervioso... me da miedo que le pase algo a Harry.
En ese minuto empezaron a entrar al campo de juego los dos equipos, y también en ese mismo minuto... empezó a llover a cántaros... James no cabía en si de nervios.
Los dos amigos observaron como Harry se subía a la escoba, daba una patada en el piso, y se elevaba rápidamente. Y partió el juego.
Harry no parecía ver nada, se movía chocando con casi todo. Parecía mareado. James vio que Harry se acercaba al capitán de Gryffindor, Oliver Wood, y le decía algo en voz baja. Wood asintió y le hizo señas a Madame Hooch para que les diera un tiempo libre.
-¿le habrá pasado algo?-preguntó nervioso James- ¿se sentirá mal?
Remus lo miró con una sonrisa.
-James... ¿que tienes tu que Harry también tiene?-preguntó Remus con la voz que uno pone para explicarle a un niño que dos mas dos don cuatro.
-pelo negro... belleza... nariz... ojos... ¡hay, no se Remus!
-anteojos... ¿y que pasa con los anteojos cuando hay lluvia?
-se... empañan y no te dejan... aaaaah ¡ya entendí! ¡Harry está pidiendo tiempo muerto porque no puede ver!-razanó James, algo mas tranquilo y sintiéndose como un verdadero idiota.
-¡bravo!-aplaudió Remus, riéndose a carcajadas.
-Ja Ja Ja... no seas insoportable Remus, sabes que estoy nervioso. 
Cuando terminó el tiempo muerto y Harry volvió a volar, James se dio cuenta de que volaba mejor y ahora parecía ver a donde iba, eso lo dejó un poco más tranquilo. El juego siguió, con James regando para que Harry, o el buscador de Hufflepuff, ya no le importaba, atrapara las Snitch; lo único que quería era que el juego terminara. Seguía a Harry todo el tiempo con la mirada, no lo quería perder de vista. Todo iba bien hasta que Harry paró en seco y dirigió una mirada asustada a las gradas que habían al otro lado del campo. James también dirigió su mirada a esas gradas y se dio cuenta de a que miraba Harry; sentado en las gradas había un gran perro negro que observaba el juego. Era Sirius en su forma animaga. James se quedó un rato mirando a su mejor amigo, igual que su hijo. Pero entonces apareció un frío que calaba los huesos, Jame bajó la mirada y los vio: dementores, millones de dementores en la parte baja del campo. Harry también se dio cuenta de esto, porque miró para abajo y se puso pálido como un fantasma, se tambaleó en su escoba, y cayó de la escoba. James se levantó inconscientemente del asiento y sacó su varita, pero alguien se le había adelantado: Dumbledore corría por el campo con la varita alzada, aparentemente diciendo un hechizo para que la velocidad de la caída de Harry disminuyera. Después apuntó a los dementores e hizo aparecer un patronus que los espantó a todos. Cuando Harry tocó suavemente el suelo, Dumbledore se dirigió a donde estaba el chico y se arrodilló a su lado. James se levantó, y fue corriendo a donde se encontraba inconsciente su hijo. Al llegar a su lado, se arrodilló junto a Dumbledore y observó como el anciano le tomaba le pulso. 
-tranquilo James, Harry esta bien. Lo voy a poner en una camilla para que lo llevemos al castillo- Dumbledore parecía furioso y asustado. James dedujo porque: furioso por los dementores y asustado de ver a Harry en ese estado. Dumbledore hizo aparecer una camilla flotante y con ayuda de James, recostaron a Harry en ella. Después emprendieron el camino al castillo, en el que ninguno de los dos habló. Cuando llegaron, Madame Pomfrey atendió a Harry enseguida, mientras decía en voz alta lo que pensaba sobre los dementores, sobre el ministerio, y sobre el Quidditch.
Después de asegurarse de que Harry estaba seco, con pijama y acostado, Dumbledore salió de la enfermería con una inclinación de la cabeza. James se sentó a un costado de la cama de su hijo, y le tomó la mano, esperando a que despertara. 
Tendría que hablar con Canuto sobre algunos temas, como NO ir a los partidos de Harry.

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