Cap1: La confesión de Dumbledore.

Remus estaba sentado en su escritorio de Hogwarts... recordando. Pero no recordaba feliz... recordaba triste... Recordaba a James. James, James Potter, su mejor amigo... su hermano. Recordaba los buenos momentos, las bromas. Recordaba los malos momentos, la vez en que en el colegio había habido una gripe que había atacado a James con fuerza, dejándolo inconsciente por lo menos un mes. Todo eso lo recordaba con lagrimas en los ojos. Aunque no lo dijera abiertamente... ¡como extrañaba a James!

-oh James... como te extraño amigo... como me encantaría poder verte y darte las gracias, decirte lo mucho que te quiero amigo. Te extraño... extraño tus bromas. Extraño tu compañía, como no me dejabas solo en luna llena... oh... las lunas llenas contigo, Sirius y Peter... eran las mejores lunas llenas del planeta. Te extraño.-se tapó la cara con las manos y empezó a llorar amargamente, como no lo había hecho en años. Pero ese llanto fue interrumpido por unos golpes en la puerta.

Remus se limpió rapidamente las lagrimas y con una voz que intentaba no quebrarse dijo:

-pase

Por la puerta entró Albus Dumbledore, que se acercó a el con paso tranquilo, cerrando la puerta tras de si. Se sentó en la silla frente al escritorio de Remus, y lo observó, miró hasta el último detalle del rostro del joven.

-estabas llorando...-dijo Dumbledore.

-no le voy a mentir profesor... si... estaba llorando.

-¿por tus amigos?

-no voy a llorar por el imbécil de Sirius, por Peter... si tengo que reconocer que estaba llorando también en parte por el... Pero... la verdad es que al que más extraño es a James.-para sorpresa de Remus, Dumbledore sonrió.

-entonces... te traigo una noticia que te va a matar de felicidad.

-¿cual?

-empecemos por lo primero... James no esta muerto.

Remus se sintió mareado. ¿como que James no estaba muerto? imposible... De sus ojos empezaron a salir lagrimas de felicidad.

-¿como? James no esta muerto... ¡SI!-levantó lo brazos- ¡GRACIAS! ¡GRACIAS, SEÑOR GRACIAS!

Dumbledore lo miraba con una gran sonrisa. 

-el nunca estuvo muerto... estaba en coma en San Mungo. Despertó... Pero todavía no esta consciente... pero ya no esta en coma, eso es lo importante. 

-James... James...-era lo único que Remus podía decir- esta vivo...

-si... y te quería invitar a verlo... ¿quieres venir? 

-¡si! ¡Vamos ahora!

Por fin iba a volver a ver a James, sus peticiones de 13 años... se habían cumplido.