martes, 8 de abril de 2014

cap.20:salvando a Harry.


James, que llevaba sentado 3 horas enfurruñado en su silla, se levantó y se encaminó a la habitación de Harry. No le importaba lo que le dijeran, entraría igual. Entró y cerró la puerta con cuidado de que nadie lo escuchara. Cuando se dio la vuelta para mirar a su hijo, casi le dio un infarto, Harry estaba sin camisa, con unos pantalones de pijama azules, totalmente destapado, y lo peor de todo, conectado a muchas máquinas. Tenia 3 goteros con pociones y sangre en casa brazo, tenía un tubito que le entraba por la boca, tenia unos tubitos en la nariz que le brindaban aire, y el el pecho tenía unos chupones para medir su pulso. Su... pequeño... su niño... estaba en ese estado. Se acercó a el lentamente, y le acarició el pelo y las mejillas. 
-Ha-Harry-sollozó- mi ni-niño, vi-vive por-por favor. No me pu-puede dejar. ¡Por favor no me dejes!
Sentía que le ardían las entrañas de dolor, ¡¿porque SU hijo tenía que estar así?!. Escondió su cara en el oscuro pelo de su hijo, y empezó a llorar amargamente. En eso sintió como se abría la puerta y entraba un grupo de personas. Levantó la cabeza y se encontró con Remus Lupin, que miraba a Harry con los ojos bañados en lágrimas y cara de desesperación; Albus Dumbledore, que también tenía los ojos bañados en lágrimas, y miraba a Harry con cara de sincera tristeza; y Severus Snape, que miraba a Harry con indiferencia, casi con felicidad. James se levantó de un salto y empuño su varita, apuntándola directamente al pecho de Snape. 
-¡atrévete a tocarle un pelo a mi hijo Quejicus, y te lo juro que no volverás a ver tu fea nariz de tucán!
-James, cálmate, por favor-intervino Dumbledore con la voz quebrada. 
-James... escúchame...-empezó Remus.
-¡cállate! ¡tú no me hables Lupin!
-voy a salvar a tu hijo Potter, deberías estar agradeciéndome de rodillas-dijo Snape con su voz fría y cargada de odio. 
James miró a su hijo, que yacía indefenso, y de repente, sus fuerzas fallaron. Dumbledore y Remus tenían razón, la única manera de que Harry viviera era que Snape lo ayudara. No se arriesgaría a perder a su hijo solo por una pelea de colegiales, tendría que madurar.
-promete que a mi hijo no le va a pasar nada... ¡promete que lo vas a salvar!-dijo James con voz dura.
-lo haré-respondió Snape- ahora apártate para que pueda hacer lo que, ni tu, ni Lupin, pueden hacer. 
James le lanzó una mirada de odio, y se hizo a un lado para que Snape pudiera llegar hasta donde estaba su hijo. 
Snape empezó a caminar y se situó junto a la cama de Harry, puso una mano en la frente del chico, y otra en el pecho de este, y empezó a murmurar en un idioma que ni James, ni Remus entendían. De repente, el chico empezó a convulsionar tan fuerte, que se llegaba a levantar de la camilla, de su boca empezó a salir espuma, sus ojos se abrieron dejando ver que estaban blancos, como si estuviera poseído. Empezó a gritar como si le ardiera cada partícula del cuerpo, y de sus ojos blancos empezaron a caer lágrimas. Snape lo estaba matando, ¡tenía que hacer algo!
-¡NO! ¡HARRY!-trató de correr hacia donde estaba su hijo, pero se le fue imposible, porque Remus le tenía los brazos sujetos detrás de la espalda, inmovilizándolo. James miró a Dumbledore con desesperación, pero Dumbledore no lo miraba a él, ni tampoco miraba a Harry, sino que se tapaba la cara y convulsionaba como si estuviera sollozando fuertemente. Dumbledore levantó la cara de sus manos y, en efecto, unas gruesas lágrimas corrían por su horrorizada cara. James volvió a fijar su vista en Harry que seguía gritando, y, sin poder aguantar más, empezó a llorar a lágrima viva. 
-¡POR FAVOR! ¡NO MATES A MI HIJO! ¡PERDÓN POR HABERTE MOLESTADO CUANDO ERAMOS NIÑOS! ¡SIENTO HABERTE AVERGONZADO! ¡PERO POR FAVOR SALVA A MI HIJO!-gritó James, como último recurso. 
Snape, que tenía los ojos cerrados y la cabeza gacha, los abrió de golpe y miro a James, impresionado.
-¡POR FAVOR!
Snape volvió a cerrar los ojos y murmuró:
-Harry Potter, despertaras ahora, sano como estabas. 
Y así fue, Harry paró de gritar, de su boca no salió mas espuma, y sus gritos cesaron en un segundo. Volvió a caer inconsciente en la cama, ahora tranquilo, y  no se movió mas. James se acercó, despacio a el, y le acarició el cabello.
-Harry... pequeño, aquí esta papá... dime algo Harry... por favor.
-Hola papá- susurro débilmente su hijo. 
James levantó la cabeza, y se encontró con los hermosos ojos verdes de Harry, que alguna vez había visto en Lily. Su pequeño estaba bien. Su pequeño estaba a salvo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario