Remus estaba muy nervioso, por fin volvería a ver a su mejor amigo. Cuando llegaron frente a la habitación 312, abrieron la puerta despacio, Dumbledore entro, pero Remus se quedó afuera, incapaz de entrar. El miedo lo tenía paralizado. ¿y si tal vez todo era un sueño? ¿ y si nada de esto era verdad? ¿y si tendría que volver a aceptar la cruda y triste realidad, que los Potter estaban muertos? No quería volver a sentir ese dolor, no lo soportaría. Dumbledore se detuvo en la puerta y lo miró.
-¿estas bien?-preguntó.
-si... pero... tengo miedo... dígame algo señor... ¿esto es verdad?-preguntó Remus.
Dumbledore sonrió y asintió.
-si Remus, es verdad, no es un sueño ni nada de eso... te lo prometo. James está detrás de esta puerta.
-¿seguro?
-seguro.
Remus asintió, dio un hondo suspiro... y entró.
La habitación era grande y totalmente pintada de blanco. El techo era blanco, el suelo era blanco, las paredes eran blancas, todo. A un costado de la cama del enfermo, había una mesita de noche, de color café, con una lampara, también blanca. Y en la cama, grande y blanca, estaba James Potter. Remus se acercó a la cama de su amigo. James parecía haber crecido un poco, ya no tenía la cara de un joven de 21 años, sino el rostro de un hombre de 34. Seguía igual de flaco que siempre, pero esta vez la diferencia era que estaba pálido, muy pálido. Su cabello negro estaba igual de desordenado que siempre, al parecer los enfermeros lo afeitaban, porque no tenía barba. Tenía puesto un pijama azul de rayas blancas, estaba tapado hasta el pecho, no tenía puesto los anteojos, que estaban junto a su varita en la mesita de noche, y tenía puesta una mascarilla de oxígeno que lo ayudaba a respirar. James respiraba despacio y acompasadamente. Parecía dormido. Remus se sentó en una silla que había al costado de la cama de James, y le tomo la mano, que estaba fuera de la manta. Su mano estaba fría... y parecía sin vida. La acaricio un poco y escucho que James se movía. Levantó la cabeza y vio que tenía los ojos cerrados como si tuviera una pesadilla, se movía inquieto y susurraba:
-no... Lily... déjala... Lily corre y llévate a Harry... es el... yo lo detendré...
Remus apretó con fuerza la mano de James y susurró:
-no te preocupes... yo estoy aquí para ayudarte a combatir a Voldemort... no te voy a dejar solo.
James se calmó y sonrió... y todavía dormido dijo:
-gracias Lunático.
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