James Potter estaba sentado en su habitación, como lo había estado todo el fin de semana. Había entrado en una especie de depresión a causa de la pelea con Sirius. Se sentía solo, solo y confundido. ¿porque le tenían que pasar esas cosas a él? ¿que había hecho el para merecer eso?. Sabía que estaba dejando solo a Harry, que lo único que quería era ir a Hogsmeade con el porque este fin de semana le tocaba ir, pero lo había defraudado, no se había presentado en la puerta para acompañarlo al pueblito. Ahora Harry estaba enojado y triste por que el había hecho; Sirius no le hablaba; y Remus... a Remus no lo había visto hacía mucho tiempo...¿donde estaría? no lo sabía, pero ahora era lo que menor le importaba. No podía ir y enfrentar a Harry, porque ni siquiera podía pasar un minuto sin echarse a llorar. La depresión por la que pasaba era sobretodo por Lily... No podía vivir sin ella, tendría que aprender a superarlo o si no... moriría. Morir... era una buena opción... Harry prácticamente ni lo conocía... no sufriría tanto con su muerte. Remus y Sirius sabrían superarlo... después de todo, ya lo habían superado una vez. Si... eso iba a hacer... no había otra opción... prefería morir que seguir sufriendo ese dolor. Se levantó de su cama, en la que llevaba horas acostado, se dirigió a su escritorio y de un cajón sacó su varita mágica. La había escondido en el cajón con la intención frenar las ganas de morir que tenía, pero ya no había otra opción, tendría que morir. Se volvió a sentar en la cama, con la varita en la mano, y la apuntó contra su propio pecho. No pudo evitar que unas gruesas lagrimas cayeran por su rostro a causa del miedo.
-avada...
Se detuvo... le faltaba algo... ¡una carta!. Por lo que sabía, en todo suicidio se dejaba una carta, o podían pensar que había sido asesinato. Se levantó, fu nuevamente a su escritorio, abrió el cajón, sacó una pluma, un tintero y un pergamino, volvió a su cama, apoyó el pergamino en la mesita de noche, abrió el tintero y mojo la pluma en el, y se puso a escribir:
Querido Harry:
Cuando leas esta carta, yo ya voy a estar muerto. Lo siento mucho hijo, créeme, pero no puedo vivir sin tu madre, se me es imposible. No creas que no te amo; eres lo más hermoso que tengo en la vida, pero creo que en el estado de depresión en el que estoy ahora... no te sirvo para nada, mas bien te decepciono, y no quiero que tengas malos recuerdos de tu padre. Hijo, por favor cuídate... te voy a estar mirando desde arriba.
Lo siento mucho, espero que algún día puedas perdonarme.
Con amor,
Papá.
Cuando terminó de escribir, se dio cuenta que no podía escribirle una carta solo a Harry, Sirius y Remus también merecían una. Cortó el pedazo de pergamino que sobraba de la carta de Harry, y se puso a escribir:
Querido Sirius:
Siento mucho el tener que irme... Pero no soporto mas amigo... no soporto mas. Quiero estar con Lily, la necesito, no puedo vivir sin ella. Cuida de Harry, por favor, te lo ruego, es lo único que me queda en este mundo aparte de ti y Remus, no quiero que le pase nada. Cuídalo, hazlo por mi. Dale de mi parte el cariño que, en el tiempo que estuve despierto, no le di. Dile que lo siento mucho y que lo amo, que es lo mas hermoso que tengo.
Te quiero amigo, cuídate. Te voy a estar esperando en el otro mundo.
Te quiere, tu hermano:
James Potter
"Cornamenta"
Corto el otro pedazo y empezó a escribir su penúltima carta:
Querido Remus:
Dumbledore me dijo lo feliz que te pusiste cuando supiste que yo estaba vivo, y siento mucho tener que quitarte esta felicidad. Espero que entiendas mis razones, como también espero que ayudes a Harry a superar lo que hice y que no me odie. Remus, aunque digas que no hay razones para desear la muerte, para mi si las hay; no soporto la vida sin Lily, no la soporto. La necesito junto a mi. Gracias por todo el apoyo que me has dado, jamas te olvidaré, y espero que tu jamás me olvides. Pero recuerda, esto no es una despedida, ya nos veremos en otro mundo.
Te quiere, tu amigo:
James Potter
"Cornamenta"
Ahora faltaba la tercera carta. Cortó otro pedazo de pergamino y empezó:
Peter:
Se que no estas muerto, y se que esta carta de alguna manera te va a llegar. Espero que te hayas arrepentido de lo que hiciste, porque, simplemente, destruiste mi vida. Y, ¿sabes que?, mi vida no importa... Destruiste la vida de un muchacho de 13 años. Le quitaste a su madre, a su padre , le quitaste a su padrino, le quitaste su infancia, le quitaste TODO. Déjame decirte que eres un MALDITO. Pero, ¿sabes Peter?, te perdono. Espero que hayas aprendido de tu error.
Después de todo, te quiere, tu amigo:
James Potter
"Cornamenta"
Listo, las cartas ya estaban escritas, no había razón para seguir postergando y impostergable. Dobló los tres pergaminos y los puso sobre su mesita de noche, esperando que los encontraran fácilmente. Confiaba en que Sirius y Remus le harían llegar esa carta a Peter. Se apuntó de nuevo el pecho con la varita y comenzó:
-AvadaKeda...
Pero algo lo interrumpió, alguien golpeaba la puerta fuerte y desesperadamente. En un momento, todo quedo en silencio. Pero entonces se escucho la voz de Remus Lupin, que decía:
-¡James! ¡tienes que salir! ¡Harry tuvo un accidente! ¡Lo atacaron unos Mortífagos en Hogsmeade! ¡esta en San Mungo! ¡Esta grave!
No hay comentarios:
Publicar un comentario