sábado, 2 de agosto de 2014

cap.41: Nuevas noticias.

Ya había terminado el año escolar. James y Alissa habían comprado una casa enorme y hermosa en la que llevaban una feliz vida con sus hijos. Harry y Jack ya eran totalmente hermanos, que se querían y peleaban como hermanos.
Era una casa grande llena de jardines y escondida de las miradas de los Muggles para que Harry y Jack pudieran practicar Quidditch.


Se habían preocupado de tener unas habitaciones geniales para sus hijos, ayudados por ellos a elegir:

Harry y Jack compartían habitación...

...cosa que no siempre era buena, porque, como la mayoría de los hermanos, peleaban por los espacios.
James y Alissa tenían una gran habitación que era decorada por Alissa, cosa que a James no molestaba en lo mas mínimo porque el no habría sabido como decorar una habitación.

Sirius y Remus vivían con ellos, y también tenían sus buenas habitaciones:

La de Sirius tenía una bola disco colgando del techo, pedida obviamente por él, el gran fiestero.


Y la de Remus tenía bastantes lugares para poner sus libros, el, siempre lector.

Y hasta habían comprado dos perros, uno para cada niño. 
El perro de Jack, Max, era tierno y juguetón, pero MUY protector con su dueño, aunque fuera pequeño.

El perro de Harry, Angus, era grande y juguetón, pero muy protector, sobre todo con Harry. Acompañaba a su dueño a cualquier parte a la que Harry fuera.


Todos eran muy felices en la familia, pero la cosa, sin que nadie supiera, comenzaría a cambiar.
Era un sábado por la tarde, estaba nublado, pero los niños y los perros igual jugaban afuera, era un típico día inglés. James, Alissa, Remus y Sirius, observaban sentados en unas sillas en el jardín como los dos muchachos jugaban. Harry, que ya había cumplido los 14 años, corría junto con Angus a las carreras. Jack, que el día antes había cumplido 12 años, le enseñaba a Max a atrapar la comida en el aire.

-¡corre! ¡corre! ¡vamos Angus!-gritó Harry con emoción.

-¡eso Max! ¡así es! ¡atrápalo!

James reía como loco junto a Sirius-deberías convertirte Canuto, cuanto a que Angus te gana.

Remus rió y siguió conversando con Alissa, sobre lo que había pasado en el último tiempo, unos accidentes injustificables habían pasado por todo el país los últimos meses.

-estoy preocupada Remus... por los niños... tu sabes que a Harry le encanta ir al pueblo que hay por aquí cerca... y también tiene que pasar por un bosque para ir a la casa de Ron... estoy preocupada.

-este lugar está protegido... no te preocupes Ali...-le contestó Remus, aunque la verdad era que el también estaba bastante preocupado.

-no lo se Remus... estoy en verdad preocupada... tengo un mal presentimiento...

De la nada, una lechuza llegó volando. Alissa se acercó y le quitó la carta, que venía por parte de Dumbledore. Este se había portado muy bien con los niños, siempre, y era muy querido por la familia.

-¡es una carta de Dumbledore!-exclamó Alissa. James y Sirius se acercaron, y los 4 adultos la leyeron juntos.

Queridos James, Alissa, Remus y Sirius.
La guerra comenzó. Voldemort está intentando entrar al ministerio de magia y lo está logrando. Aquí, nuestra prioridad, debe ser Harry y Jack, que ellos estén bien. Alissa, no dejes que Harry salga solo de la casa, ni siquiera a ver a los Weasleys.
Voldemort tiene a los mas terribles hombres lobo a su disposición, y si Harry se topa con uno de ellos, dudo que salga vivo, son muy crueles. 
En la noche los visitará un centauro que tiene ordenes mías, acéptenlas.
Con cariño, 

Albus Dumbledore. 

P.D: saluden a los pequeños de mi parte.

Alissa comenzó llorar con desesperación.

-¡te dije Remus!

Remus estaba pálido. Sirius igual. James se levantó y exclamó:

-¡niños! ¡adentro!

-pero... Papá...-alegó Harry.

-¡nada de pero Papá!¡adentro! 

Harry y Jack obedecieron, y junto con sus perros, entraron. Y, antes de que Harry entrara, James dijo:

-hijo... ya no puedes salir solo, ni al pueblo ni a ver a Ron...

-¡pero...

-¡hazme caso Harry!

Cuando los niños entraron, James se acercó a Alissa y a los demás, besó a su mujer y dijo:

-Dumbledore tiene razón... la prioridad es los niños.

No se iba a arriesgar a perder a sus hijos. Si era necesario, iba a dar su vida por defenderlos.










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